domingo, 8 de marzo de 2009
Por Gratitud...
Después de una ardua persecución, dieron con una de mis primas, la mataron a sangre fría y se dispusieron a venir por nosotros. Mi familia entera estaba viendo la tele en el cuarto de mis papás, mientras yo estaba en la banqueta frente a mi casa platicando con una amiga mía, quien era en realidad a quien estaban buscando. Llega un pick-up y se estaciona justo en mi casa, se bajan con metralletas y grandes rollos de cinta canela, me voltean a ver sin hacer escándalo y proceden a “tapear” todas las ventanas de mi casa, al menos las de la fachada principal con ésta cinta, pienso yo en mis adentros que eran unos tipos bastante considerados, ya que después de la balacera, al menos no tendríamos que limpiar tanto vidrio. Las metralletas suenan por toda la colonia, después de varios minutos de pólvora, entro a ver como está mi familia, todos vivos… Salgo y veo a éstas personas subiéndose al pick-up, y decido acercarme a ellos, le digo con voz respetuosa “Gracias por perdonarnos la vida a mi familia y a mí”, el copiloto, con actitud indiferente, me voltea a ver, saca una pistola y me da un tiro de gracia…
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