domingo, 8 de marzo de 2009

Por Gratitud...

Después de una ardua persecución, dieron con una de mis primas, la mataron a sangre fría y se dispusieron a venir por nosotros. Mi familia entera estaba viendo la tele en el cuarto de mis papás, mientras yo estaba en la banqueta frente a mi casa platicando con una amiga mía, quien era en realidad a quien estaban buscando. Llega un pick-up y se estaciona justo en mi casa, se bajan con metralletas y grandes rollos de cinta canela, me voltean a ver sin hacer escándalo y proceden a “tapear” todas las ventanas de mi casa, al menos las de la fachada principal con ésta cinta, pienso yo en mis adentros que eran unos tipos bastante considerados, ya que después de la balacera, al menos no tendríamos que limpiar tanto vidrio. Las metralletas suenan por toda la colonia, después de varios minutos de pólvora, entro a ver como está mi familia, todos vivos… Salgo y veo a éstas personas subiéndose al pick-up, y decido acercarme a ellos, le digo con voz respetuosa “Gracias por perdonarnos la vida a mi familia y a mí”, el copiloto, con actitud indiferente, me voltea a ver, saca una pistola y me da un tiro de gracia…

El más corto e impotente...

Ahí estaba yo, la X, en medio de una integral, luchando por poderme derivar sin
éxito alguno...

En una Sesión de Cabildo....

Estábamos mi coworker y yo en una sesión de Cabildo, esperando oír el discurso de nuestro jefe, arquitecto de profesión, pero con algún puesto político en turno; de pronto, se sienta a mi lado ni más ni menos que Elba Esther Gordillo, quien me amenaza con delatar a nivel nacional a mi jefe sobre un fraude supuestamente cometido. Le suplico a Elba Esther con confianza plena que no lo haga, pero riéndose sube los escalones al pódium dispuesta a gritar a los cuatro vientos el nombre de mi jefe y el delito en cuestión. Mi coworker y yo, comiéndonos las uñas de los nervios, nos resignamos a vivir una vergüenza pública frente a todo el país; mi jefe, viéndonos con los ojos saltados al oír el delito en el micrófono, se sorprende al ver que Elba Esther se equivoca de nombre, queriéndose retractar, sin recibir nada más que carcajadas de los espectadores, y yo no hago más que reírme de ella feliz de su derrota…